El mercado no produce lo que la gente necesita, sino lo que la gente demanda. Y esa demanda no depende solo del deseo o la necesidad, sino de la voluntad de pago. En otras palabras, las personas demandan bienes o servicios por los que pueden y quieren pagar. Si no hay disposición a pagar, aunque sea por falta de dinero, no hay demanda desde la perspectiva del mercado. Por eso, el funcionamiento del mercado se basa en el intercambio: hay bienes escasos, y las personas buscan obtener la combinación que les genere mayor satisfacción al menor costo posible. Pero esos intercambios dependen de cuánto valor asignan a cada bien y de cuánto están dispuestas a pagar por una unidad adicional. Eso depende, entre otros factores, de sus gustos, preferencias y su capacidad de pago.
Las decisiones económicas se realizan en el margen; se considera cuánto se valora una unidad adicional y cuánto cuesta una unidad adicional. Con base en eso es que se construye el análisis de oferta y demanda, en el que se busca el equilibrio: un punto en el cual el monto que los demandantes están dispuestos a pagar por una unidad adicional del bien es igual al monto que les cuesta a los oferentes producir esa unidad adicional.
Usted acaba de abrir una panadería. El baguette número 40 costó 600 colones y su precio de venta es 800. Ahora quiere vender el baguette 41, pero los costos incrementarían en 1500 colones porque hay que comprar un nuevo paquete de harina.
¿Debería hornearse esa última unidad? Pues no. Si se vende a 800 colones solo generaría pérdidas.
En este curso, la herramienta principal será el modelo de oferta y demanda, una representación gráfica que muestra cómo se relacionan los precios con las cantidades ofrecidas y demandadas, y que permite identificar el punto de equilibrio del mercado. En este:
A continuación, se muestra una representación gráfica de la curva de demanda:
Precio | Cantidad demandada |
---|---|
$20.0 | 4.1 |
$17.5 | 4.5 |
$15.0 | 5.1 |
$12.5 | 5.9 |
$10.0 | 7.0 |
$7.5 | 8.5 |
$5.0 | 11.5 |
Dado que la relación entre el precio y la cantidad demandada es inversa, la curva de demanda tiene una pendiente negativa. A precios más altos, las personas demandan menos unidades del bien. A precios más bajos, demandan más.
¿A qué se debe esta relación? A la utilidad marginal decreciente. Las primeras porciones de torta chilena se disfrutan mucho, por lo que una persona está dispuesta a pagar más por ellas. Pero, conforme sigue comiendo, cada porción adicional se disfruta menos. Esa disminución en la satisfacción —la utilidad marginal— hace que también disminuya la disposición a pagar por una unidad extra.
La elasticidad es un concepto económico que mide la sensibilidad o respuesta de una variable ante cambios en otra. Intuitivamente, dice cuánto cambia una variable cuando otra relacionada cambia. En el caso de la demanda, la elasticidad indica cómo reacciona la cantidad demandada de un bien cuando su precio varía. La elasticidad-precio de la demanda (Ep) se define como el cambio porcentual en la cantidad demandada (Qd) dividido por el cambio porcentual en el precio (P).
Matemáticamente: Ep = (ΔQd/Qd) / (ΔP/P). Donde:
En una demanda inelástica, la cantidad demandada de un bien o servicio cambia poco ante variaciones en su precio. Esto indica que los consumidores son relativamente insensibles a los cambios de precio, lo cual es común en productos esenciales o que carecen de sustitutos cercanos, como medicamentos, servicios básicos o ciertos alimentos. Por ejemplo, si el precio de la gasolina aumenta, es probable que la gente siga comprando una cantidad similar, ya que es necesaria para el transporte diario.
Tomando el gráfico de las tortas chilenas, supongamos que el precio por porción aumenta de $17.5 a $20, y la cantidad demandada disminuye de 4.5 mil a 4.1 mil porciones. Entonces: |Ep| = |[(4.1 - 4.5)/4.5]/[(20 - 17.5)/17.5] = (-0.4/4.5)/(2.5/17.5)| ≈ 0.62, lo que indica que la demanda de tortas chilenas es inelástica en este rango de precios.
En una demanda elástica, la cantidad demandada de un bien o servicio cambia significativamente ante variaciones en su precio. Esto indica que los consumidores son sensibles a los cambios de precio, lo cual es común en productos que tienen sustitutos cercanos o no son considerados esenciales. Por ejemplo, si el precio de las papas fritas aumenta, es probable que los consumidores reduzcan su consumo o busquen alternativas más económicas, como papas tostadas u otros tipos de chips.
Tomando el gráfico de las tortas chilenas, supongamos que el precio por porción disminuye de $7.5 a $5, y la cantidad demandada aumenta de 8.5 mil a 11.5 mil porciones. Entonces: |Ep| = |[(11.5 - 8.5)/8.5]/[(5 - 7.5)/7.5] = (3.0/8.5)/(-2.5/7.5)| ≈ 1.06, lo que indica que la demanda de tortas chilenas es elástica en este rango de precios.
No es lo mismo un cambio en la cantidad demandada que en la demanda. En el primer caso la demanda (la curva) está dada, y [uno] se mueve de un punto a otro dentro de esa curva, mientras que en el segundo caso se mueve la curva de demanda, y para que eso ocurra debe cambiar alguno de los factores que determinan la demanda.
En el gráfico anterior, pasar del punto E al F es un cambio en la cantidad demandada, mientras que pasar de una curva a otra es un desplazamiento de la demanda.
Y entonces, ¿cuáles son los determinantes de la demanda?
Para la mayoría de los bienes, lo normal es que la demanda aumente cuando aumenta el ingreso de los consumidores. Por eso se les llama bienes normales; los consumidores demandan cantidades mayores de los bienes normales para cada nivel de precios. Pero no todos son normales: para algunos bienes, un aumento en el ingreso puede hacer que demanden menos, porque su consumo se orienta a bienes de mayor calidad. A estos últimos se les conoce como bienes inferiores.
La demanda aumenta cuando aumenta el gusto de los consumidores por un bien, y se reduce cuando disminuye el gusto por ese bien.
El efecto del precio de un bien sobre la demanda de otro depende de su relación económica. Existen dos categorías fundamentales:
En ambos casos, el cambio en el precio del bien original —mantequilla o impresoras— no altera su propia demanda, sino que genera un movimiento a lo largo de su curva de demanda. El que sí experimenta un desplazamiento de la demanda es el bien relacionado, el sustituto o el complemento.
La demanda puede verse afectada por lo que los consumidores anticipan sobre el futuro, especialmente en relación con los precios o sus ingresos. Por ejemplo, si las personas esperan que el precio de los combustibles aumente en los próximos meses, tenderán a llenar el tanque de sus vehículos ahora, aumentando la demanda actual de gasolina.
La demanda total de un bien depende directamente de la cantidad de compradores potenciales. Por ejemplo, cuando un país experimenta un aumento significativo en el turismo, la demanda de servicios como hoteles, restaurantes y transporte crece debido al número de visitantes adicionales.
A continuación, se muestra una representación gráfica de la curva de oferta:
Precio | Cantidad ofrecida |
---|---|
$20.0 | 11.5 |
$17.5 | 10.4 |
$15.0 | 9.3 |
$12.5 | 8.1 |
$10.0 | 7.0 |
$7.5 | 5.9 |
$5.0 | 3.7 |
Dado que la relación entre el precio y la cantidad ofrecida es directa, la curva de oferta tiene una pendiente positiva. A precios más altos, los productores están dispuestos a ofrecer más unidades del bien. A precios más bajos, ofrecen menos.
¿A qué se debe esta relación? Al costo marginal creciente. Al principio, producir una unidad extra de un bien, como tortas chilenas, es relativamente barato. Sin embargo, conforme se produce más, podría ser necesario adquirir más hornos o contratar más personal, lo que aumenta el costo de producción. La única forma en que los productores estarían dispuestos a ofrecer más tortas chilenas es si el precio es lo suficientemente alto como para cubrir esos costos adicionales.
En una oferta inelástica, la cantidad ofrecida de un bien o servicio cambia poco ante variaciones en su precio. Esto indica que los productores son relativamente insensibles a los cambios de precio, lo cual es común en bienes que requieren recursos específicos o tienen capacidades limitadas de producción. Por ejemplo, si el precio del petróleo aumenta, los productores no pueden aumentar rápidamente la cantidad de petróleo ofrecida, ya que la capacidad de extracción está limitada por factores como la infraestructura o el tiempo necesario para encontrar más reservas.
Tomando el gráfico de las tortas chilenas, supongamos que el precio por porción aumenta de $17.5 a $20, y la cantidad ofrecida aumenta de 10.4 mil a 11.5 mil porciones. Entonces: |Ep| = |[(11.5 - 10.4)/10.4]/[(20 - 17.5)/17.5] = (1.1./10.4)/(2.5/17.5)| ≈ 0.74, lo que indica que la oferta de tortas chilenas es inelástica en este rango de precios.
En una oferta elástica, la cantidad ofrecida de un bien o servicio cambia significativamente ante variaciones en su precio. Esto indica que los productores pueden ajustar con facilidad la cantidad ofrecida, lo cual es común en bienes cuya producción puede incrementarse o reducirse sin grandes costos o limitaciones. Por ejemplo, si el precio de camisetas baja, es probable que muchos pequeños productores reduzcan su oferta rápidamente, ya que pueden reasignar sus recursos a otras actividades o productos más rentables.
Tomando el gráfico de las tortas chilenas, supongamos que el precio por porción disminuye de $7.5 a $5, y la cantidad ofrecida baja de 5.9 mil a 3.7 mil porciones. Entonces: |Ep| = |[(3.7 − 5.9)/5.9] / [(5 − 7.5)/7.5]| ≈ |(−2.2 / 5.9) / (−2.5 / 7.5)| ≈ 1.12, lo que indica que la oferta de tortas chilenas es elástica en este rango de precios.
No es lo mismo un cambio en la cantidad ofrecida que en la oferta. En el primer caso la oferta (la curva) está dada, y [uno] se mueve de un punto a otro dentro de esa curva, mientras que en el segundo caso se mueve la curva de oferta, y para que eso ocurra debe cambiar alguno de los factores que determinan la oferta.
En el gráfico anterior, pasar del punto E al F es un cambio en la cantidad ofrecida, mientras que pasar de una curva a otra es un desplazamiento de la oferta.
Y entonces, ¿cuáles son los determinantes de la oferta?
Cuando los insumos necesarios para producir un bien se encarecen, producir ese bien se vuelve más costoso. Esto puede hacer que los productores ofrezcan menos cantidad a cada nivel de precios, desplazando la curva de oferta hacia la izquierda. Lo contrario ocurre si los insumos se abaratan.
Las mejoras tecnológicas permiten producir más con los mismos recursos o reducir costos de producción. Esto hace posible ofrecer mayores cantidades del bien a cada precio, lo que desplaza la curva de oferta hacia la derecha.
El efecto del precio de un bien sobre la oferta de otro depende de su relación en el proceso productivo. Existen dos categorías fundamentales:
En ambos casos, el cambio en el precio del bien original —mantequilla o impresoras— no altera su propia demanda, sino que genera un movimiento a lo largo de su curva de demanda. El que sí experimenta un desplazamiento de la demanda es el bien relacionado, el sustituto o el complemento.
Las expectativas sobre el futuro pueden influir en cuánto se produce hoy. Si los productores anticipan que habrá restricciones logísticas, dificultades para conseguir insumos o problemas operativos más adelante, podrían aumentar la producción actual para prepararse. Por el contrario, si esperan mejoras tecnológicas o condiciones más favorables en el futuro, podrían decidir postergar parte de la producción, reduciendo la oferta hoy.
Un aumento en el número de productores eleva la cantidad total que se ofrece del bien a cada precio, desplazando la oferta hacia la derecha. Si algunos productores salen del mercado, la oferta se reduce.
Ya se explicó cómo funciona la demanda, cómo responde la oferta, y qué factores desplazan cada una. Ahora toca ver qué sucede cuando estas dos fuerzas interactúan. La oferta y la demanda tienden a un punto de equilibrio: un precio en el que la cantidad que los compradores desean adquirir es igual a la que los productores desean ofrecer. Ese punto no se alcanza por tradición ni por una orden central. Surge del intercambio voluntario y de la competencia entre compradores y vendedores.
Y entonces, ¿cómo se logra la eficiencia? Ambas fuerzas actúan al mismo tiempo, y el equilibrio se alcanza cuando estas presiones se compensan. En ese punto, no hay incentivos para cambiar ni el precio ni la cantidad intercambiada. Los consumidores están satisfechos con lo que compran al precio que pagan, y los productores también están satisfechos con lo que venden al precio que reciben. Este equilibrio es eficiente si cumple con las siguientes condiciones:
Aunque en equilibrio las fuerzas se anulan, siguen presentes. Son justamente ellas las que corrigen cualquier desviación: si el precio está por debajo del equilibrio, habrá escasez; si está por encima, habrá excedente. Esas señales llevan al mercado de vuelta al equilibrio.
Las personas responden a incentivos.
Asuman que los estudiantes consumen más café en la soda de Generales en días lluviosos. ¿Qué creen que pasaría si la soda anuncia que habrá un 30% de descuento cuando llueva?
Los agentes pueden ganar o perder, y eso hace que ajusten constantemente sus decisiones. Si algunos bienes se quedaron sin vender, probablemente se ofrecieron a un precio que los consumidores no estaban dispuestos a pagar, o bien había otros que los ofrecían a un menor precio. Si algunos consumidores no pudieron comprar todo lo que deseaban, tal vez ofrecieron pagar muy poco y los productores no aceptaron vender a ese precio. O tal vez hubo otros consumidores dispuestos a pagar más.
Cuando al precio vigente se produce menos de lo que los consumidores desean comprar, hay un exceso de demanda. Los consumidores compiten entre sí para no quedarse sin el bien que desean, y eso los lleva a estar dispuestos a pagar más. Al subir el precio, baja la cantidad demandada y sube la cantidad ofrecida, hasta que ambas se igualan en el nivel de equilibrio.
Cuando al precio vigente se produce más de lo que los consumidores desean comprar, hay un exceso de oferta. Los productores compiten entre sí para no quedarse con productos sin vender, y eso los lleva a bajar el precio. Al bajar el precio, sube la cantidad demandada y baja la cantidad ofrecida, hasta que ambas se igualan en el nivel de equilibrio.
Un mercado competitivo está en equilibrio cuando, a cierto precio, la cantidad demandada es igual a la cantidad ofrecida. En ese punto, nadie quiere comprar ni vender más ni menos a ese precio. También puede verse al revés: para cierta cantidad, el precio que los consumidores están dispuestos a pagar es exactamente el que los productores están dispuestos a aceptar. Todo consumidor que esté dispuesto a pagar ese precio encontrará un oferente que le venda, y todo productor que esté dispuesto a vender a ese precio encontrará un consumidor que le compre. El resultado es eficiente y se maximiza el bienestar.
Si el mercado estuviera en otro punto, el resultado sería menos eficiente. Podría estarse produciendo un bien menos valorado, usándose métodos más caros o vendiéndose a quienes lo valoran menos. El equilibrio competitivo permite que se produzca lo que más se valora, con los menores costos posibles y para quienes más lo valoran.
Las fuerzas del mercado son un poderoso instrumento para organizar eficientemente la actividad económica.
En los últimos años, la demanda de carros eléctricos ha aumentado debido al interés por la sostenibilidad y la reducción de costos de mantenimiento. Ante un aumento en la demanda, a un precio en que la cantidad demandada supera la cantidad ofrecida de estos vehículos, ¿cómo se recupera el equilibrio?
La competencia entre los consumidores presionará para subir el precio, lo que llevará a que solo aquellos dispuestos a pagar más puedan adquirir un carro eléctrico. ¿Quiénes terminan comprando los carros eléctricos? Los compran aquellos que más los valoran, ya sea por el ahorro a largo plazo o por sus beneficios ambientales, y están dispuestos a pagar el precio más alto, lo que permite que el mercado se ajuste y vuelva al equilibrio.
El bienestar de la sociedad en un mercado se refleja en el excedente total, que es la suma del excedente del consumidor y el excedente del productor. Este excedente total es la medida de los beneficios netos generados por las transacciones en un mercado, y se maximiza cuando los recursos se asignan de manera eficiente.
La demanda refleja la disposición de los consumidores a pagar por un bien, y, al precio de equilibrio, algunos consumidores terminan pagando menos de lo que estarían dispuestos a pagar. Gráficamente, el excedente del consumidor es el área entre la curva de demanda y el precio de equilibrio. La intuición detrás de esto es que, al precio de equilibrio, hay consumidores que, aunque podrían haber estado dispuestos a pagar un precio más alto por una unidad del bien, no lo necesitan hacer. El excedente refleja el beneficio que obtienen al pagar un precio más bajo del que originalmente estarían dispuestos a pagar.
Por otro lado, los productores están dispuestos a vender a diferentes precios, y, al precio de equilibrio, algunos logran vender a un precio más alto que el costo de producción. El excedente del productor se representa como el área entre el precio de equilibrio y la curva de oferta. Esto significa que hay unidades que han sido producidas a un precio más bajo, pero, al precio de equilibrio, los productores logran obtener un beneficio mayor, ya que es suficiente para cubrir sus costos y generar una ganancia.
La eficiencia se alcanza cuando el costo marginal de producir la última unidad es igual al precio que los consumidores están dispuestos a pagar. Este es el punto de equilibrio donde el mercado ha alcanzado el nivel óptimo de producción y consumo. A cantidades inferiores, el valor que los consumidores otorgan al bien es mayor que el costo de producirlo, lo que implica que se debe producir más para satisfacer esa demanda. A cantidades superiores, el costo de producción es mayor que la valoración de los consumidores, lo que indica que se debe reducir la producción. En este equilibrio, tanto el excedente del consumidor como el excedente del productor se maximizan, lo que genera el mayor bienestar posible para la sociedad. En resumen, el equilibrio de mercado no solo maximiza el excedente de consumidores y productores, sino que también asegura que se logre el excedente total, lo que refleja la eficiencia económica y el bienestar general - al menos dada la distribución del ingreso.
¿Qué pasaría si los consumidores presionaran a los oferentes para venderles a un precio más bajo que el de equilibrio?
Si fueran los únicos en el mercado, podrían lograrlo. Sin embargo, en un mercado con muchos consumidores, esto generaría un exceso de demanda, es decir, más personas queriendo comprar a ese precio más bajo del que los productores están dispuestos a ofrecer. Esto presionaría a los productores a subir el precio hasta alcanzar su nivel de equilibrio, donde la cantidad demandada se iguala con la cantidad ofrecida.
¿Qué pasaría si los productores tratan de vender a un precio más alto?
Si fueran los únicos productores en el mercado, podrían imponer ese precio. Pero en un mercado competitivo con muchos productores, esto generaría un exceso de oferta, es decir, los productores ofrecerían más unidades de las que los consumidores estarían dispuestos a comprar a ese precio. Este exceso de oferta presionaría a bajar el precio hasta que se alcance el equilibrio, donde la cantidad ofrecida es igual a la cantidad demandada.
En resumen, la competencia en el mercado actúa como un mecanismo para garantizar que los precios se ajusten y se alcance la eficiencia, llevando a los consumidores y productores a tomar decisiones que maximizan el bienestar general.